Durante el año 2017 la desaceleración o enfriamiento del crecimiento económico llevo al sector de la construcción a un periodo de varios trimestres de recesión, arrastrando consigo a otras actividades económicas vinculadas al sector, así como a la actividad inmobiliaria, en vista que una menor demanda aumento el stock de unidades inmobiliarias disponibles.
Las estadísticas inmobiliarias mostraron que un promedio de ventas de 44,000 viviendas por año entre 2012 a 2013 cayó para menos de 22,000 por año. La razón fundamental de esta caída se explica porque las familias preferían mantener una actitud de cautela antes de asumir compromisos financieros a largo plazo, así como la disminución de incentivos para un inmueble agravo esta realidad.
Frente a esta situación se necesitaba estimular el crecimiento del sector. Decisiones gubernamentales se dirigieron a ese objetivo para estimular la demanda inmobiliaria. Por su lado los empresarios de la construcción también elaboran estrategias para ofrecer una oferta de viviendas más asequibles para la población. El Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) actualizó los rangos de precios de viviendas que se pueden adquirir usando el Bono del Buen Pagador, a través del crédito Mivivienda, aplicándose este beneficio para adquirir viviendas entre S/. 57,300 hasta S/. 304,100 según la última modificación del reglamento del Fondo Mivivienda, con un bono de hasta S/. 17,500. También se permitió el uso del ahorro de AFP para la cuota inicial del crédito hipotecario, así como las facilidades de tasa para adquirir una segunda vivienda.
Los créditos hipotecarios alcanzaron la tasa de crecimiento más alta desde el año 2015. En el mes de enero se otorgaron préstamos hipotecarios por una cantidad de S/. 41,342 millones, creciendo en un 8.17% en relación al mes de enero del 2017. Otro indicador que denota una tendencia favorable es el stock. En enero del 2018 se reportaron 17,218 unidades disponibles en relación a las 19,041 de diciembre del 2017. En enero se vendieron 900 unidades inmobiliarias mucho más que las 790 que se vendieron en el periodo de enero del 2017, un crecimiento del 13.92%. El distrito de Comas fue el que registro más ventas, lo que se explica por tener el precio por m2 más barato de S/. 2,304.88, siendo el promedio de Lima de S/. 4,904.16 por m2. Todos estos elementos hacen que se piense que el sector inmobiliario va a retomar el camino del crecimiento este año.
El aumento de la oferta de viviendas sociales debe ser la estrategia de las inmobiliarias para mantener el crecimiento, pues hay una demanda insatisfecha. La vivienda social debe ser la punta de lanza del sector.
El sector bancario debe colaborar con una mayor colocación de créditos y una reducción de las tasas para aumentar el interés de las familias por comprar viviendas. Las tasas han evolucionado hasta tasas de créditos hipotecarios de 7%.
Las empresas desarrolladoras de proyectos inmobiliarios juegan un papel importante en mejorar la oferta inmobiliaria para adecuarse a una demanda que está cambiando con mucha dinámica.
Además de las Viviendas Sociales el foco también debe dirigirse a los sectores emergentes e nuevas generaciones. Las tendencias orientan a la construcción de viviendas y departamentos más pequeños. Debe considerar desplazamientos más restringidos dentro de las áreas de trabajo para tenerlo más cerca de las viviendas por causa de los problemas de transporte e infraestructura.
El crecimiento social exige una vida más urbana que sintonice la vida privada y la actividad profesional más cercana. Las familias buscan zonas en las que confluyan centros comerciales, parques y placer al aire libre junto a los centros laborales. La tendencia es la de proyectos mixtos que conjuguen vivienda, comercio y oficinas que repotencien la utilidad del suelo. Esto se ve con mayor predominancia en los distritos de Miraflores, San Isidro y Barranco. Se estimula la construcción de departamentos de áreas pequeñas del tipo uni o bipersonales desde 45 m2 orientado para profesionales independientes que necesitan espacios de trabajo de aproximadamente 20 m2 para una oficina o consultorio al lado del espacio de vivienda en el mismo edificio.
Lo importante de esta modernidad es que las viviendas estén ubicadas en distritos con vida urbana activa y conectividad que atenúe o resuelva el problema de la accesibilidad a los medios e vías de transporte en una ciudad con un crecimiento urbano no planificado.
Elaborado por: Vanessa Seabra de Souza – Estudiante del Curso de Agente Inmobiliario.