En los últimos 15 o 20 años, se ha vivido en el Perú un aumento de la inversión, tanto nacional como extranjera, principalmente en el rubro de la construcción.
En este marco, la construcción de viviendas ha tenido un desarrollo significativo, más del 5% en promedio, siendo esta actividad, la que más ha contribuido, en los últimos años, al crecimiento de la actividad económica. También es importante resaltar que la estabilidad económica, ha contribuido para que empresas extranjeras hayan decidido invertir fuertes capitales en este sector.
Por otro lado, el apoyo de los últimos gobiernos, también ha sido significativo, dando ciertas normas para afrontar con éxito los retos de la política habitacional en el Perú.
Dentro de estos retos, puedo mencionar uno que, a mi parecer, es el principal:
Facilitar el acceso a los recursos financieros, mediante acciones tendientes a que las personas puedan tener alguna facilidad económica para adquirir viviendas de lo que se llama “de interés social”. En este sentido, los programas de vivienda denominados “Techo Propio” y “Mi Vivienda”, han tenido buena aceptación por parte de los bancos e instituciones financieras. El objeto era poder dar financiamiento para la compra de viviendas cuyo precio no excediera los 70 mil dólares para viviendas cuyo tamaño no excediera los 80 o 90 metros cuadrados.
EL APOYO DE LAS ENTIDADES FINANCIERAS
No puedo dejar de mencionar el apoyo que tanto los bancos como diversas entidades financieras, como por ejemplo COFIDE y las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito, que han abierto sus puertas a personas que antes no eran sujetos de crédito, para poder darles financiamiento para la adquisición de viviendas, contando con el apoyo de los sucesivos gobiernos.
Este apoyo ha sido, principalmente, en el otorgamiento de bonos, lo cual bajaba significativamente el riesgo de la operación de financiamiento. Asimismo, los bancos también bajaron las tasas de interés de estos préstamos, habida cuenta de la baja del riesgo. De esta forma, las tasas bajaron de un 20% anual, en promedio, hasta los rangos que actualmente se manejan, entre un 8.5% y 12% anual, en soles. Sobre esto último, debo mencionar que hace 20 años, los bancos sólo prestaban en dólares, lo cual representaba un alto riesgo para el deudor, que tenía sus ingresos en soles y tenía que afrontar, en el peor de los escenarios, una deuda inextinguible, si es que la moneda estadounidense sufría una apreciación, con relación al Sol peruano.
EXPANSION AL NORTE, ESTE Y SUR DE LIMA
Según el fondo Mi Vivienda, la expansión de viviendas de interés social, se ha dado principalmente, al norte y este de Lima, en distritos como Ate, San Juan de Lurigancho, Comas, Los Olivos, tanto en casas como departamentos. Éstos últimos han crecido en forma exponencial y los bancos, nuevamente, han sido los protagonistas de este crecimiento, financiando grandes proyectos inmobiliarios, de más de 5,000 viviendas, en los distritos antes mencionados.
Para hacer más atractiva la venta, se utilizaron medios de mercadeo muy eficientes, vendiendo tanto la propiedad, como agregados. Con esto quiero decir, que se vendía un estilo de vida, ya que se proporcionaba, por ejemplo, un lugar para el juego de niños, piscinas, guarderías, cercanías a los centros comerciales, etc.
El sur de Lima no fue ajeno a este crecimiento. Playas que antes no eran tomadas en cuenta para desarrollos inmobiliarios, de la noche a la mañana se convirtieron en la mejor oportunidad de inversión, aprovechando las maravillas de nuestro litoral. Empresas constructoras enfocaron sus intereses en playas como Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo y Santa María, que están dentro del sur chico. Más allá de Pucusana, fuera de Lima Metropolitana, está el distrito de Asia, dentro de la provincia de Cañete. La expansión de este distrito se ha debido, principalmente, a un efecto de marketing. Hace 30 años, Asia sólo era una pequeña y deshabitada playa. Lo único que daba razón de su existencia, a los que pasaban por la autopista, era un letrero que decía “Playa Asia”. El metro cuadrado podía valer 20 soles. Hoy, luego del boom que sufrió la playa, se puede ver que un terreno de 600 metros cuadrados vale 180 mil dólares, es decir, casi mil soles por metro cuadrado, lo cual significa un crecimiento aproximado de 4,900% de lo que costaba hace 30 años. Y esto, tomando como muestra un terreno ubicado no en la zona comercial, sino residencial.
Elaborado por
Rolando Podestá Llosa
Sociedad Peruana de Bienes Raíces