En el 2023, la economía peruana experimentó un ligero retroceso, con una disminución del 0.6% en el Producto Bruto Interno (PBI). Este declive se asocia principalmente con una caída en los niveles de inversión privada, impactando directamente el sector inmobiliario. Además, se han reportado complicaciones en la gestión municipal en varios distritos de la capital, que han resultado en sobrecostos y paralizaciones de obras, incrementando los riesgos para los agentes del sector. Sin embargo, áreas como Lima Moderna mantienen cierta estabilidad, aunque con una demanda algo reducida en comparación con años previos.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) anticipa que la recuperación del sector inmobiliario se vinculará estrechamente con la recuperación económica general del país. Se espera una mejora en las condiciones de empleo y un incremento en el poder adquisitivo, impulsado por una inflación reducida y una baja en la tasa de interés referencial, lo que fomentará una mayor actividad en la colocación de créditos hipotecarios y reducirá los costos de financiamiento para proyectos inmobiliarios.
Recientemente, el Congreso aprobó el retiro de hasta S/ 20,600 de los fondos de las AFP, lo que podría beneficiar a más de 6 millones de peruanos, mejorando su capacidad de compra. Se espera que este flujo de efectivo impulse significativamente el mercado inmobiliario, facilitando pagos iniciales o inversiones en el sector.
Finalmente, se observa una evolución en la oferta de mercado, con los desarrolladores inmobiliarios optando por propuestas más sostenibles que promueven el ahorro de energía y recursos. Las nuevas construcciones están ofreciendo espacios más funcionales y de alta calidad, permitiendo unidades residenciales más eficientes en cuanto al uso del espacio, lo que se alinea con las necesidades y expectativas de los compradores modernos.
FUENTE: GESTIÓN