¿Quién es el consumidor inmobiliario?
La palabra consumidor proviene del latín “consumĕre” que significa “gastar” o “destruir”. Por lo tanto, el significado etimológico sería: “el que gasta bienes”. Por su parte, la Real Academia de la Lengua Española define el término de una manera bastante simple y la refiere a toda “persona que compra productos de consumo”.
El artículo IV, Inciso 1, del Título Preliminar de la Ley Nº 29571 – Código de Protección y Defensa del Consumidor, señala que se entiende por consumidores o usuarios:
- Las personas naturales o jurídicas que adquieren, utilizan o disfrutan como destinatarios finales productos o servicios materiales e inmateriales, en beneficio propio o de su grupo familiar o social, actuando así en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional. No se considera consumidor para efectos de este Código a quien adquiere, utiliza o disfruta de un producto o servicio normalmente destinado para los fines de su actividad como proveedor.
- Los microempresarios que evidencien una situación de asimetría informativa con el proveedor respecto de aquellos productos o servicios que no formen parte del giro propio del negocio.
- En caso de duda sobre el destino final de determinado producto o servicio, se califica como consumidor a quien lo adquiere, usa o disfruta
Entonces, teniendo en cuenta la definición legal de consumidor, podemos decir que un consumidor inmobiliario es una persona u organización que consume bienes o servicios inmobiliarios, que los proveedores ponen a su disposición, por un precio.
¿Qué quiere el consumidor de departamentos?
Ahora bien, enfocándonos en el título del presente artículo, es preciso señalar que en ésta época de la información instantánea el consumidor inmobiliario ha evolucionado; ya que analiza el mercado, investiga y adopta posiciones de acuerdo a su valoración de ciertos elementos que son ofrecidos por los proveedores inmobiliarios al momento de adquirir un departamento, vale decir: estacionamientos, depósitos, diseño interior, materiales utilizados, arquitectura exterior, acceso a transporte público, seguridad, entorno comercial, entre otros.
A fin de obtener una respuesta a ésta interrogante, la empresa Trend Group America (TGA) a través de su sistema de recopilación de datos (G-LEADS), logró recabar las preferencias de 5,561 personas residentes en Lima interesadas en adquirir un departamento, obteniendo información relevante a tener en cuenta.
Según la mencionada base de datos obtenida, el 40% de los usuarios manifestó su deseo de adquirir un departamento con 3 dormitorios y 2 baños, seguido de un 25% de personas que optaron por un departamento con 2 dormitorios y 2 baños. Asimismo, un 10% optó por un departamento con 2 dormitorios y 1 baño; mientras que un reducido 7% elige un departamento con 1 dormitorio y 1 baño.
Por otro lado, el 28% de los consumidores inmobiliarios manifestó su intención de adquirir un departamento entre 6 a 12 meses, seguido de un 24% que elige pagar su costo en más de 12 meses, luego un 21% entre 3 a 6 meses, un 15% en 3 meses, y finalmente un 12% de manera inmediata.
Por último se logró cuantificar las razones o motivos de la adquisición de un departamento, resultando que la gran mayoría (81%) compraría un departamento para utilizarlo como vivienda principal.
Una vez analizados estos datos se podría señalar que la gran mayoría de los consumidores inmobiliarios considera la adquisición de un departamento como vivienda familiar, debido a su preferencia por una considerable cantidad de ambientes.
Asimismo, teniendo en cuenta los ingresos promedio de un residente en Lima, los gastos de transporte, alimentación, entre otros factores, se puede comprender que la mayoría de nosotros como consumidores tengamos la posibilidad de pagar el costo de un departamento entre 6 a 12 meses, o incluso más tiempo.
ELABORADO POR DAVID CAVERO CANCHANYA
SOCIEDAD PERUANA DE BIENES RAÍCES
Muy buena, gracias por informarnos