En un esfuerzo por revitalizar el Centro Histórico de Lima, proteger su patrimonio cultural y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, se ha promulgado la Ley Nº 31980, que establece un régimen especial para esta emblemática zona de la capital peruana. Este marco legal no solo busca preservar los valores arquitectónicos y artísticos del área, sino también fomentar el desarrollo integral y sostenible de su entorno urbano. Una de las estrategias clave de esta normativa es la promoción de viviendas de interés social, abordando problemas como la tugurización y el acceso limitado a una vivienda digna.
La Ley Nº 31980 estipula que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) transfiera a la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) un 3% de la recaudación anual del Impuesto General a las Ventas (IGV) generada en el Cercado de Lima. Estos fondos, que se estiman en aproximadamente S/ 100 millones anuales, serán entregados en el primer trimestre de cada año, iniciando en febrero de 2025, según el reglamento emitido en noviembre pasado.
De este monto, un 20% se destinará específicamente a proyectos de vivienda de interés social, con el objetivo de atender a familias de bajos recursos y reducir la densidad habitacional precaria en el Centro Histórico. Este financiamiento será guiado por las prioridades establecidas en el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima, que identifica áreas críticas y oportunidades para el desarrollo urbano.
Una Visión para el Centro Histórico
El Centro Histórico de Lima abarca áreas de varios distritos, como Lima Cercado, Rímac, Breña, La Victoria, El Agustino, San Martín de Porres y San Juan de Lurigancho. Dentro de esta extensión, se han identificado 62 lotes que podrían ser utilizados para la construcción de viviendas sociales. Las autoridades municipales también tendrán la facultad de diseñar y ejecutar programas habitacionales que respondan a las necesidades específicas de la población vulnerable de la zona.
Uno de los objetivos principales es conservar las características arquitectónicas del Centro Histórico mientras se modernizan sus infraestructuras. En este sentido, la ley introduce requisitos para la independización de inmuebles con valor monumental, garantizando que se respeten sus valores tipológicos y artísticos. Esto implica mantener las fachadas históricas mientras que los interiores se adaptan a las demandas habitacionales contemporáneas. La intención es que los nuevos desarrollos se integren armoniosamente en el entorno urbano, destacando tanto por su funcionalidad como por su estética.
Inspiración en Modelos Internacionales y Nacionales
La estrategia de utilizar fondos públicos para revitalizar zonas históricas no es nueva y se ha implementado con éxito en varias ciudades del mundo. La experiencia internacional demuestra que programas similares no solo mejoran la calidad de vida, sino que también atraen inversión privada y fomentan el turismo cultural.
En el caso de Lima, los desarrolladores inmobiliarios han mostrado interés en participar en proyectos dentro del Centro Histórico. Una propuesta discutida es implementar un esquema similar al Fondo Mivivienda, que ofrezca subsidios como el bono del buen pagador, facilitando así el acceso a la vivienda para familias de ingresos bajos y medios.
Desafíos y Potencial de Transformación
El enfoque en la destugurización es crucial, ya que las condiciones de vivienda en muchas áreas del Centro Histórico son deficientes. Según estudios previos, estas zonas enfrentan problemas como hacinamiento, insalubridad y deterioro estructural de los inmuebles. Con la implementación de la Ley Nº 31980, se espera que los proyectos habitacionales no solo atiendan estas problemáticas, sino que también incentiven una nueva dinámica económica y social.
Asimismo, garantizar el equilibrio entre la modernización y la conservación del patrimonio será un desafío importante. La construcción de nuevas viviendas deberá cumplir estrictos estándares para preservar la identidad cultural de la zona, evitando la pérdida de sus valores históricos. Esto requerirá una supervisión constante por parte de las autoridades locales y una estrecha colaboración con expertos en restauración y urbanismo.
Expectativas para el Futuro
La primera transferencia de los fondos del IGV se realizará en febrero de 2025, marcando el inicio de una nueva etapa para el Centro Histórico de Lima. Este flujo de recursos no solo permitirá financiar proyectos de vivienda social, sino también otras iniciativas prioritarias identificadas en el Plan Maestro, como la mejora de infraestructura pública, el impulso al turismo y la generación de empleo.
Además, el desarrollo de viviendas sociales en esta zona podría establecer un modelo replicable en otras ciudades del país, demostrando cómo políticas públicas bien diseñadas pueden transformar espacios históricos en entornos vibrantes y habitables.
Impacto en la Comunidad y el Mercado Inmobiliario
El desarrollo de viviendas sociales en el Centro Histórico de Lima no solo beneficiará a las familias que accedan a estos proyectos, sino que también podría tener un efecto positivo en el mercado inmobiliario local. La inversión pública y privada podría dinamizar el sector, generando nuevas oportunidades de empleo y promoviendo la regeneración urbana.
Los programas municipales de vivienda serán una herramienta clave para garantizar que los proyectos lleguen a quienes más los necesitan. Estos programas deberán ser accesibles, inclusivos y sostenibles, priorizando a las familias en situación de vulnerabilidad. La participación de los desarrolladores inmobiliarios, bajo un marco regulatorio claro, será fundamental para asegurar el éxito de esta iniciativa.
La promulgación de la Ley Nº 31980 representa un paso importante hacia la revitalización del Centro Histórico de Lima. Al combinar la conservación del patrimonio con el desarrollo social y económico, esta estrategia podría marcar un antes y un después en la gestión urbana de la ciudad. La colaboración entre el Estado, el sector privado y la comunidad será esencial para alcanzar los objetivos trazados, creando un entorno que respete el pasado mientras se construye un futuro más inclusivo y sostenible.
FUENTE: GESTIÓN