La recesión económica es una fase de disminución en la actividad económica, caracterizada por caídas en indicadores clave como el PIB, ingreso real, empleo, producción industrial y ventas al menudeo. En Perú, esta fase ha presentado desafíos y oportunidades únicas, especialmente en el sector inmobiliario.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el PBI peruano sufrió una contracción del 0,45% en la primera mitad de 2023. Este indicador señala una recesión que afecta sectores diversos, incluyendo la construcción. No obstante, los precios de las viviendas en Lima Metropolitana aumentaron un 5,2% en 2023, aunque con una tendencia general a la baja desde enero de 2020.
En 2022, pese a la crisis política y el aumento de tasas de interés, el mercado inmobiliario registró un crecimiento del 4%, vendiéndose 15.859 unidades frente a las 15.217 de 2021. Sin embargo, en enero de 2023, se observó un descenso interanual del 14% en unidades vendidas. Un dato relevante es el creciente interés en viviendas menores a 60 m², cuya oferta también ha aumentado.
La pandemia y la recesión presentaron desafíos significativos, pero el sector inmobiliario mostró signos de recuperación, especialmente después de la cuarentena. Las ventas de viviendas nuevas en Lima en octubre de 2020 incluso superaron a las de 2019. Esta recuperación se debe a la mejora de ingresos y al dinamismo económico reciente, con una inversión creciente en nuevas viviendas por parte de peruanos de medianos patrimonios, aprovechando tasas de interés hipotecario reducidas y la percepción de la vivienda como inversión segura.
Durante una recesión, el sector inmobiliario peruano puede aprovechar varias oportunidades:
- Precios más bajos: Posibilidad de adquirir inmuebles a costos menores para una mayor rentabilidad a largo plazo.
- Mayor oferta en segmentos específicos: Aumento en la oferta de viviendas menores a 60 m², atrayendo a inversores enfocados en este segmento de mercado.
- Condiciones de crédito favorables: Tasas de interés hipotecarias más bajas facilitan la financiación para la compra de propiedades.
- Demanda de vivienda resiliente: A pesar de la recesión, la demanda de vivienda permanece, indicando un mercado potencialmente estable.
- Inversión segura a largo plazo: Las propiedades inmobiliarias son inversiones seguras que tienden a incrementar su valor.
- Potencial de renta por alquiler: Adquirir inmuebles durante una recesión puede generar ingresos por alquiler, especialmente en áreas con potencial de desarrollo.
La recesión en Perú presenta tanto desafíos como oportunidades significativas en el sector inmobiliario. Inversores y compradores pueden beneficiarse de precios más accesibles, mejores condiciones de financiamiento y una demanda de vivienda resiliente. Reconocer y actuar sobre estas oportunidades puede resultar en inversiones rentables a largo plazo, brindando seguridad en tiempos de incertidumbre económica.
ELABORADO POR LA SOCIEDAD PERUANA DE BIENES RAÍCES